La hacienda de Los Molinos fue el epicentro económico de la Bogotá colonial por allá en los siglos XVII y XVIII. Tenía más de 500 fanegadas de extensión y perteneció inicialmente a los encomenderos españoles. Hacia el año 1785 la hacienda se la entregaron a los Jesuitas y allí se dedicaron a sembrar trigo y cebada para producir harina y pan integral para toda la comunidad religiosa de la Nueva Granada. Durante esa época se construyeron los molinos que aún hoy existen y que fueron que movidos por el agua de una quebrada que pasaba por allí.
Años después, el predio fue expropiado a los Jesuitas por mandato del rey Carlos III de España. La casona y la hacienda quedan abandonadas por más de 80 años, tiempo en el cual la rematan y la compra la señora Lucia Pardo, esposa del Marques de San Jorge, desde entonces este inmenso terreno ha sido de propiedad de las siguientes generaciones que constituyeron la familia Pardo Morales.
En la actualidad este bello e importante lugar requiere de una pronta intervención que ayude a preservarla para futuras generaciones.